sábado, 28 de abril de 2012

Despertar


Sentí el sabor seco en la garganta, mi sed me despertó, bajé por un vaso de agua en medio de la obscuridad, era de noche, según el reloj eran las 3:00 a.m. me serví un vaso de agua de la cocina, y sentí que unos ojos me espiaban, un escalofrió recorrió mi cuerpo, entonces fue cuando volteé y vi esos ojos rojos encendidos como el carbón me veían a través de la ventana, me asusté demasiado, quede petrificado, de pronto una voz detrás mio se escucho -No temas hijo mio- No podía sentir tranquilidad, pero las piernas no me respondían y la garganta se me había cerrado, no pude pedir auxilio, y el prosiguió. -No temas, eres mi hijo, eh estado esperando este momento.- Mi respiración se agitaba, y empecé a sudar en frío, pero el prosiguió. –Es hora de que despiertes, recuerda de donde viniste.- Luego de esto desapareció detrás de mí, me rodeó y se puso en frente de mí. Era un hombre delgado, alto y de una tez morena clara, como el café con leche, venía bien vestido, de traje negro, que hacía notar más su delgado cuerpo, llevaba una camisa blanca y también una corbata roja como el color de la sangre. El hombre se detuvo en seco, me miró a los ojos fijamente, luego me besó la frente y me dijo “suerte”.

Desperté en mi cama, con  el sabor seco en la garganta, mi sed me despertó, no puedo creer que haya estado allí todo el tiempo, solo fue un sueño, un terrible sueño, bajo a tomar un vaso de agua, veo el reloj, son las 3:30 a.m. voy a la cocina y me sirvo un vaso de agua, veo al lado del garrafón del agua, un vaso servido a tope de agua, lo veo extrañado, de pronto llamo a mis padres que están dormidos, les grito, no contestan, así que corro a su habitación y los busco, lo único que encuentro es que ellos están descuartizados y en las paredes pintadas con sangre se ve la leyenda “El agua nunca volverá a saciar tu sed, solo la sangre de los inocentes lo podrá hacer”, en mi se despierta un horror incalculable, pero una parte de mi no se inmuta, no se siente triste o siente un remordimiento, después de todo yo hice eso, mi padre me lo ha advertido, he despertado del sueño que me había acorralado por tanto tiempo, esa sed no era una sed normal, y yo no eh vuelto a ser el mismo, este escrito es solo un recordatorio a mi mismo de que no soy humano, no tengo conciencia, pero sobre todo es una advertencia humano, de que debes cuidar siempre tu espalda, cada noche que en tu vida pase, pues yo sediento estaré asechándote.




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